22.6.12

CASA VICENS, DE GAUDÍ

El otro día, de camino para hacer una gestión, pasé por la calle de Les Carolines -una pequeña calle del barrio de Gràcia- en la que hay una casa proyectada por Gaudí que es menos conocida y, lógicamente, menos visitada que sus otras obras de Barcelona. Es una obra menor del arquitecto.
Después de hablar sobre casas de diseño viene bien tratar sobre este edificio.


A mi me parece una lección de un trabajo con muchas bases de apoyo: estudio de la tradición de un estilo histórico -el mudéjar-, elementos tomados de la naturaleza, práctica de composiciones asimétricas, utilización de las técnicas y materiales de la época y, sobre todo, un trabajo hecho con mucha dedicación, pues es evidente que este edificio ha sido minuciosamente diseñado, hasta el detalle.


El asunto del historicismo -toda arquitectura 'neo'- ha sido siempre un tema de debate. Tiene detractores y defensores. Además, los que lo manifiestan suelen hacerlo de forma apasionada, en un sentido o en otro. Incluso algunos arquitectos han pasado por etapas de su vida en la que fueron entusiastas de las dos visiones contradictorias: Ricardo Bofill -por poner un ejemplo del que pienso publicar varias obras- y otros muchos.
Una arquitectura neomudéjar, o neogótica, o neoclásica, o ... puede calar en la esencia de los estilos o quedarse en un maquillaje, algo así como un decorado de cartón piedra. Pero esas caricaturas de los estilos históricos no son los ejemplos en los que fijar la mirada. Por eso es buena esta obra para ver un buen neomudéjar y valorar luego el mudéjar histórico. Así, quizá esas contradicciones son sólo aparentes. Porque uno puede oscilar, sin contradicción, entre la reinterpretación de la historia y vivir el presente.


Me admira el estudio que Gaudí hizo de toda la tradición arquitectónica, y cómo realizó sus obras utilizando ciertos elementos históricos, materializados con sus singulares estructuras y con su sabio manejo de todas las artesanías de finales del XIX.


Este espíritu que aprende del pasado y vive el presente con afán innovador es algo que valdría la pena imitar. Pienso que podría ser un punto de referencia para una época aparentemente 'informal' pero llena de manierismos sin fundamento.


7.6.12

IDEALES Y REALISMO


‘arquia / becas 2012’ es una convocatoria de la Fundación de la Caja de Arquitectos -un pequeño banco corporativo nacido en Barcelona- que promueve estas becas para que arquitectos recién licenciados tengan un periodo de prácticas en 20 de los estudios más prestigiosos de Europa. La relación de los estudios lo dice todo:
Aires Mateus e Asociados (Lisboa) / Alberto Campo Baeza (Madrid) / Álvaro Siza (Oporto) / Alejandor Zaera Polo (Londres) / BIG Bjarke Ingels Group (Copenhaguen) / Carme Pinós (Barcelona) / Carlos Ferrater (Barcelona) / Cruz y Ortiz (Sevilla) / Dominique Perrault (Paris) / Norman Foster (Londres) / Herreros Arquitectos (Madrid) / Herzog & de Meuron (Basilea) / Lacaton & Vassal (Paris) / Mansilla + Tuñón (Madrid) / Miralles Tagliabue (Barcelona) / MVRDV (Rótterdam) / Nieto Sobejano (Madrid) / Patxi Mangado (Pamplona) Rafael Moneo (Madrid) / RCR Aranda Pigem Vilalta (Olot).
Bases, inscripción y propuestas: www.arquia.es/fundacion/becas
En la tarjeta de difusión hay un texto llamativo. Propone el tema de la beca, algo así como la finalidad que deben pretender los aspirantes: el ideal propuesto. Lo transcribo porque incita a la reflexión y al debate.
Tema: ¡Penitencia!
En un momento delicado para la imagen social de nuestra profesión, reflexionar sobre como ha llegado a ser partícipe imprescindible del gran expolio inmobiliario puede ser un buen aviso para aquellos que aspiran a incorporarse a la misma.
Sabemos del potencial de la arquitectura para mejorar el mundo y crear maneras diversas de estar en él y sabemos también del potencial inverso de la misma en manos enfermas para destrozar nuestros modos de vida y paisajes.
Conociendo ya la cadena de personajes implicados en el derrumbe de nuestra economía y el Gran Timo social, vamos a imaginar una arquitectura contradictoria capaz de activar lo mejor del paisaje y que sirva a la vez de sitio de penitencia para sus usuarios.
Atónitos ante la impunidad que demuestran con injusticia de nuestro país, los implicados serán enviados a un lugar de justicia más avanzada y de clima extremo para que reflexionen sobre sus desmanes.

Sigo pensando que es necesario un gran ideal; imprescindible para trabajar con sentido. Pero el planteamiento podría llevar a aspiraciones engañosas. La arquitectura de estos maestros y trabajar en sus estudios puede ser una experiencia inolvidable, un impulso para tener miras altas.
Ni esos 20 afortunados ni cualquiera de nosotros -arquitectos de a pié- debemos perder de vista el terreno en el que nos desenvolveremos al regresar a nuestras trincheras. La batalla será la arquitectura cotidiana, esa casa o reforma sencilla, bien resuelta, con aquellos ideales que tuvimos pero con la modestia de quien no pretende lucimiento personal, y menos a costa de los clientes.
Se puede perder de vista que el fin principal no es la obra de arquitectura sino el servicio al cliente y sus aspiraciones. Está claro, no hay que engañarse, que  el mejor servicio es una buena obra de arquitectura, sin confundir ésta con la autoafirmación.



Del texto transcrito lo único que no suscribo -si el autor quería transmitir lo que parece decir lo escrito- es esa pretensión de que 'sirva a la vez de sitio de penitencia para sus usuarios'. Se merecen lo contrario: que les haga la vida más amable y, en lo posible, que alivie las contrariedades que ya tiene la vida por sí sola. Es lo que pienso.