No es fácil introducir un proyecto que a la vez sea actual y se aprecie connatural.
Que no rompa la armonía del conjunto, y que lo potencie, sin presunción.
Pienso que en este edificio, pequeño y sencillo, Coderch lo consigue.
No es arquitectura vernácula. El diseño de los detalles, de las carpinterías, es racional y puro; de vanguardia en su tiempo.
Y el interior muestra una composición de belleza plástica. Materiales tradicionales y simplicidad.
Luz, texturas, sobriedad sin adornos.
Una obra humilde ... una gran obra.
(Fotografías de Català Roca)
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