En la imagen global solo se distinguen los edificios singulares. En pueblos europeos pequeños normalmente es la iglesia.
En los países mediterráneos -Grecia, Italia y España especialmente- esta imagen es identitaria de una tradición constructiva y de una forma de núcleo urbano rural.
La imagen aérea, de los tejados, se ha ido transformando, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX.
Estas imágenes pueden ser de cualquier centro urbano o zona densa de una ciudad española, mediterránea sobre todo.
La fachada es la imagen que se pretende: la apariencia. Es lo que persigue cierto diseño. En cambio, en las cubiertas aparece lo espontáneo, lo que cada edificio es cuando piensa que no le ven.
No por eso estas imágenes dejan de tener cierta belleza de lo natural y espontáneo. Lo materiales son sencillos, duraderos, tradicionales en muchos casos.
La imagen de la ciudad, desde las azoteas, tiene un valor expresivo de la realidad. Desde la calle no terminamos de conocer los edificios, ni su conjunto, o lo que es una ciudad como agrupación heterogénea que, curiosamente, ofrece en nuestras ciudades imágenes muy semejantes. Es una lectura más; quizá necesaria para un arquitecto.
En una canción de Serrat se oye decir ... 'que nunca es dura la verdad ... lo que no tiene es remedio ...' lo digo con una sonrisa, pues esta imagen del sur de Barcelona, desde una azotea de un edificio alto del Raval, me parece entrañablemente bella.
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