Quisiera empezar por lo que entiendo por casas 'antidiseño' ... pero lo haré en la siguiente entrada sobre este tema. La tercera irá sobre una idea que me ronda la cabeza -'diseño y precisión'- que terminará en una conclusión: 'diseño, razón y sentimiento'.
En la base de todo esto está el binomio diseño y naturaleza. La naturaleza en la que existimos y, sobre todo, la propia naturaleza humana. Lo que el hombre hace tiene que ser reflejo de una naturaleza racional, armónica; además, la arquitectura buena entra a formar parte de cierta naturaleza razonada y, a la vez, sin contradicción, conmueve con un especial sentimiento humano.
Huyendo de pintoresquismos, ciertas imágenes de arquitectura rural tienen una belleza especial. En ellas no hubo ninguna intención de diseño manierista ni vernáculo -en el sentido de imitación de algo propio de un lugar y anterior- y en cambio tienen el atractivo de lo genuinamente humano.
Es cierto que esa arquitectura espontánea está también llena de ejemplos de desequilibrios. Tiene su explicación.
Si se analiza cómo se generó cada edificio, la época y los principios que la motivaron, se explica, en muchos casos, las causas de los desvaríos. Épocas de especulación, de materialismos de cualquier signo, de pensamientos débiles,... de ahí salieron desmanes que son lecciones para hoy.
Podríamos hacer un mapa de ciudades en los que, en lugar de barrios, habría que marcar, con colores y tramas, las distintas zonas en función de la calidad del pensamiento que engendró cada una de ellas; suele corresponder el nivel de las ideas con la calidad urbanística y arquitectónica.
Esto se puede hacer sin ser tendencioso. Hay cosas buenas y malas de distintas ideologías, pero el resultado final es significativo del fundamento, más o menos sólido, que lo sustenta.
Lo bello casi siempre es sencillo.
Decía Pemán -hablando de poesía, pero trasladable a otros campos- que una obra era naturalmente bella cuando parecía engendrada sin esfuerzo... porque era eso... natural. Y hacía incapié en eso de que parecía, porque a los hombres llegar a una síntesis simple y bella nos cuesta mucho esfuerzo.
La sencillez supone un trabajo grande de depuración: descomplicar nuestros razonamientos y quitar intenciones que nos apartan del fin. Esto último es un punto básico a la hora de proyectar.
¿Quién no ha tenido la intención de hacer una casa de diseño?
Proyectar ciudades o edificios va más allá del concepto usual de diseño.
Como cada edificio, la arquitectura, entendida como algo más que un mero diseño, necesita de unos cimientos adecuados, sólidos y estables.
Sí, estables: la moda no es un cimiento. El tema de las formas, los formalismos y el ornato es un tema interesante a revisar.