A la obra de José Antonio Coderch de Sentmenat dedicaré muchas entradas. Iré mostrando, una a una, sus obras, porque vale la pena. Ha sido uno de los maestros del siglo XX. Un personaje de un sentido común fuera de lo común. Con unas raices profundas en la sabiduría mediterránea. De un rigor metodológico, estructural, constructivo y formal poco usual.
Hay obras suyas muy conocidas y muy vistas. Otras no tanto, como la de hoy.
Este centro técnico para la SEAT es una obra industrial con un marcado valor plástico y estético.
Ladrillo, chapa grecada estándar de acero esmaltado y una carpintería metálica sencilla. Todo bien proporcionado, con volúmenes expresivos que se enfatizan con la luz, constructivamente muy bien resuelto.
Es una obra industrial, pero nada se descontrola, no hay elementos técnicos desencajados ... y los tiene, resueltos dentro de la envolvente. Es una arquitectura sin improvisación.
Cuando una persona tiene una sabiduría y una sensibilidad grandes, entonces la obra de arte sale sola, como sin esfuerzo ... pero ojo! sólo 'como' ... porque hay mucho trabajo, muchas horas de dedicación, de pensamiento apoyado en una interioridad. Y al final la obra es algo que nos parece natural y sencillamente bella.
No hay un deseo de originalidad, ni afan de notoriedad. Normalmente eso está lejos de una personalidad como la de Coderch.
En septiembre de 1980 él escribía:
'Ya he dicho hace muchos años que no son genios, ni profetas, ni novedosos pontífices lo que necesitamos ahora. Sé que no soy, ni de lejos, nada de todo esto. Creo en el sentido común, y bien sabe Dios que se necesita mucha fe para creer en él en nuestra época'.
Quizá haya ideas que repita con frecuencia. Pienso que hay que recordar a diario lo que, a diario, de puro sabido se olvida. Por eso me repito a mi mismo esos principios básicos que me parecen importantes.
(Fotogrqfías de Català Roca)